
A lo largo de la historia de la humanidad se pueden recoger diferentes textos y hallazgos arqueológicos que dan cuenta de la existencia de verdaderos gigantes que poblaron la tierra en la antigüedad. Estos gigantes, conocidos como Nephilim según la tradición judeocristiana, representan un dedo en la llaga para la teoría de la evolución darwinista, anque las pruebas de su existencia han sido edsestimadas por la ciencia oficial.
La primera mención de la existencia de gigantes o “seres distintos” en la Tierra aparece en la Biblia, en el Viejo Testamento. En el Génesis 6, versículos 1 y 2, podemos leer:
“cuando los hombres se habían multiplicado sobre la Tierra y habían procreado hijas, viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, escogieron de entre ellas por mujeres a las que quisieron”.
Los Nephilim (en hebreo gigantes) según se recoge en el Génesis 6, 4, existían en la Tierra por aquel tiempo:
“Por entonces y también en épocas posteriores, cuando los hijos de Dios cohabitaban con las hijas de los hombres y éstas tuvieron hijos, aparecieron en la Tierra los gigantes. Éstos son los esforzados varones de los tiempos primeros, los héroes famosos”.
Los textos bíblicos podrían configurar tranquilamente el basamento para la creación de historias posteriores alrededor del mito. Tal es el caso de Zecharia Sitchin.
Según Sitchin, autor de El Duodécimo Planeta, nephilim significa literalmente “aquéllos que bajaron de los cielos a la tierra”.

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